ANTECEDENTES
En el año 1700, la llegada de la casa de Borbón a España marcó el inicio de un cambio significativo en la administración del imperio más grande del mundo. A través de la implementación de las reformas borbónicas, la nueva casa gobernante transformó diversos aspectos administrativos y económicos del imperio. Estas reformas comenzaron a distanciar a los territorios ultramarinos de la relación previa, en la cual sus ciudadanos gozaban de derechos y representación iguales a los de la península. Por el contrario, se empezó a instaurar un sistema más centralizado y controlado, similar al modelo colonialista británico o francés, donde la metrópoli ejercía control absoluto.
Este incremento en el control no resultó favorable para el desarrollo económico de las Américas, ya que Madrid no consideraba las verdaderas necesidades de la población americana. Además, se promovió un cambio en los puestos de gobierno, siguiendo una política que relegaba a los ciudadanos americanos a un estatus de segunda clase. Esto se evidenció en los cargos administrativos, que pasaron a estar dominados por españoles peninsulares, quienes finalmente monopolizaron las medias y altas esferas de los gobiernos virreinales en América.
En el ámbito económico, las reformas borbónicas priorizaron el aumento de la recaudación fiscal, centralizando y mejorando el sistema de cobro de impuestos, lo que limitó el poder de los criollos en este proceso. Se crearon nuevos tributos y se incrementaron los existentes, con un enfoque particular en optimizar la extracción de recursos preciosos, como el oro y la plata, en regiones clave como el Cauca y las minas de Potosí, de gran interés para Madrid. Sin embargo, aunque parte de lo recaudado se reinvertía en América en áreas como la educación y la seguridad, estas inversiones resultaban insuficientes. Persistían serios problemas de infraestructura y cuestiones sociales que, desde Madrid, no se comprendían o simplemente no se abordaban.
Uno de los pocos aspectos positivos para América fue la liberalización del comercio, que hasta entonces había estado monopolizado por Sevilla y Cádiz. Esta apertura permitió a los comerciantes americanos exportar sus productos al lucrativo mercado español. No obstante, este cambio no fue tan beneficioso como se esperaba. Los problemas administrativos y fiscales, junto con la naturaleza gradual de la adaptación a esta nueva forma de comercio, impidieron que los resultados fueran inmediatos, como esperaba Madrid.
En la Nueva Granada el primer llamado a la realidad a España llegó en 1781 cuando el 16 de marzo en la población de Socorro dado el aumento de los impuestos al tabaco, el aguardiente y la sal, junto con los ya problemas de centralización y de expulsión de cargos a los criollos y las ideas de la ilustración que permeaban ya en las élites criollas sucede el levantamiento de los comuneros. En este levantamiento y como arenga que quedara para la historia Manuela Beltrán grita "¡Viva el rey, ¡abajo el mal gobierno!", mostrando que la población seguía fiel a la corona, pero ya no estaba aguantando las exigencias del estado. Durante los días posteriores la rebelión se empezó a expandir a lo largo de la Nueva Granada logrando crear incluso un ejército popular.
La rebelión sería liderada por Barbeo (representando a la élite criolla) y Galán (representando a la gente del común); con su ejército marcharían hacia Santa Fe de Bogotá, pero no llegarían, empezarían a surgir divisiones internas y a perder fuerza, lo que conllevaría a las capitulaciones de Zipaquirá donde Barbeo negocia con los españoles poniendo fin a su rebelión y logrando algunos acuerdos de disminución de impuestos, dejando solo a Galán el cual finalmente sería capturado y ejecutado en 1782.
La junta que se crea en consecuencia se llama la junta de notables y es conformada por Antonio Morales, José Miguel Pey, Camilo Torres, Acevedo y Gómez, Joaquín Camacho, Jorge Tadeo Lozano entre otros. Esta junta con el fin de sacar al virrey empiezan a planear un incidente entre criollos y españoles, es así que se llega a un viernes 20 de julio de 1810, día de mercado en la plaza mayor (actual plaza de Bolívar) de Santa Fe de Bogotá donde Luis Rubio miembro de la élite criolla junto con los hermanos Morales van a la tienda de José Gonzales Llorente un español conocido por su poco agrado hacia los criollos, la excusa para ir a la tienda del español es pedir prestado un florero para la recepción de Don Antonio Villavicencio criollo que venía en misión real, pero claro Llorente se negó a tal petición y empezó a cuestionar a Don Rubio lo que empezó a generar una acalorada discusión que fue escalando hasta que finalmente se llegó a los golpes lo que empezó a llamar la atención de la concurrida plaza mayor.
En este momento los hermanos morales salen a la plaza a empezar a gritar que Llorente está mofándose de los americanos, a lo que otros miembros de la junta que actúan como agitadores en los que se destaca José María Carbonell empiezan a calentar los ánimos de la gente de la plaza lanzando consignas contra el virrey y el mal gobierno. Mientras más se caldean los ánimos se asoma José Acevedo y Gómez a un balcón y realiza un discurso dejando una frase para la historia "Si perdéis estos momentos de efervescencia y calor, si dejáis escapar esta ocasión única y feliz, antes de doce horas seréis tratados como insurgentes", a lo que el pueblo empezaría a gritar "¡Queremos junta!¡Viva el cabildo!¡Abajo el mal gobierno!". La agitación popular hace que las autoridades españolas pierdan el control y obligan ese mismo día al virrey José Amar y Borbón a aceptar la creación de la junta lo que daría inicio a un corto y caótico periodo de gobierno que se denominara la patria boba.
La reconquista inicia en Venezuela donde caudillos como José Tomas Boves mantuvieron una lucha pro-monárquica contra Bolívar, quien junto a Francisco de Miranda intentan una desesperada defensa, pero son derrotados en la batalla de Úrica lo que nuevamente obliga a Bolívar a retirarse rumbo a Cartagena de Indias. En 1815 arriba a las costas venezolanas Pablo Morillo quien se le encarga la misión de retomar el control absoluto de los territorios americanos a la corona, para tal tarea Morillo llega con 10.000 soldados quienes emprenden una marcha hacia la Nueva Granada y terminando de derrotar a las últimas fuerzas venezolanas.
En su avance hacia Nueva Granada, Pablo Morillo se centró en retomar el control de Cartagena de Indias, lo que dio inicio a un prolongado asedio sobre la ciudad. Bolívar, presente en Cartagena, reconoció que la situación en Nueva Granada era insostenible, por lo que decidió huir nuevamente. En mayo de 1815, abandonó la ciudad y partió hacia Jamaica. Por su parte, Cartagena de Indias finalmente cayó ante las fuerzas de Morillo tras más de 100 días de asedio. Con el fin de ganar tiempo, un contingente importante del ejército español abandonaría se dirigía hacia Santa Fe de Bogotá mucho antes de la caída de la ciudad, contingente encabezado por Morillo que llega a la ciudad el 26 de mayo de 1815. Allí procedió a detener a los principales líderes de la junta y a sofocar los últimos focos de resistencia.
Con la culminación de la reconquista, Morillo instauró un régimen de terror en el que se llevaron a cabo cientos de ejecuciones, entre las que destacaron las de Camilo Torres y Jorge Tadeo Lozano.
El 24 de diciembre de 1815 Bolívar llega a Haití donde el presidente Pétion lo esperaba con dinero y armas para apoyar su campaña, a cambio de este apoyo Bolívar se compromete en abolicionar la esclavitud en los territorios que libere. En marzo de 1816 Bolívar zarpaba de Haití rumbo a Venezuela donde desembarca en los cayos, pero al llegar dado problemas de planificación y una fuerte resistencia española la expedición se estanca rápidamente y empieza a ser presionada nuevamente contra el mar, lo que hace que finalmente Bolívar desista y se retire con las pocas fuerzas que le sobreviven nuevamente a Haití.
El 23 de mayo de 1819 en la aldea La Setenta por la orilla del río Apure 2.500 hombres se preparan para iniciar la campaña libertadora, al mando de estas tropas se encuentra Simón Bolívar como máximo mando de las tropas junto con una oficialidad compuesta por Francisco de Paula Santander, José Antonio Anzoátegui, José Antonio Páez, Carlos Soublette y Rafael Urdaneta. El plan de Bolívar se centró esta vez en tomar Santa Fe de Bogotá, capital del virreinato y por ende lugar donde las fuerzas españolas concentraban las tropas del virreinato.
Para llevar a cabo su plan, Bolívar necesitaba sorprender al ejército español, que ya tenía indicios de que el Libertador preparaba una ofensiva. Los pasos habituales para cruzar la cordillera Oriental de los Andes colombianos estaban fortificados y reforzados con más tropas. Ante esta situación, Bolívar ideó un plan audaz e ingenioso: en lugar de atacar una de estas posiciones fortificadas, decidió tomar un camino alternativo, avanzando con su ejército a través del páramo de Pisba. Durante su avance, solo se encontró con un pequeño contingente de tropas españolas, las cuales fueron rápidamente superadas, permitiendo a Bolívar y su ejército adentrarse en las montañas.
Durante su travesía las penurias fueron el común denominador de la marcha, penurias que partían con las poco hospitalarias condiciones climáticas del páramo de Pisba donde el frío intenso hizo que la tropa enfermara dada su escasa preparación para afrontar este clima debido a la carencia de equipo, algo entendible si recordamos que las tropas de Bolívar hasta ese momento habían luchado principalmente en los llanos venezolanos y colombianos por lo tanto su ropa no era adecuada para este clima frío y además al ser una fuerza insurgente no tenían los medios para uniformarse y prepararse adecuadamente para esta campaña por lo que la ropa no adecuada para estos climas influirían en las enfermedades que padecerían las tropas. La travesía duraría 14 días, el 4 de julio de 1819 el ejército de Bolívar llega a Soacha Boyacá población la cual sale en socorro del ejército dándoles alimento y refugio tras su hazaña.
El 10 de julio Bolívar y su ejército se ponen nuevamente en marcha dirección Sogamoso como primera fase de su movimiento hacia Tunja, por su lado en esta ciudad en días previos los rumores de que Bolívar ha llegado se han ido acumulando y estos se confirman con informes que le llegan a Barreiro, en este momento el teniente (que asume como máximo comandante del ejército español en la Nueva Granda) da la orden de ponerse en marcha para enfrentar a Bolívar.
Para el 11 de julio las tropas de Bolívar llegan a la frontera entre los municipios de Gámeza y Tópaga y se encuentra con dos batallones españoles los cuales encaran combate contra el batallón de cazadores, el combate se prolonga por varias horas y al finalizar el día el ejército español surge como victorioso de aquel primer roce entre ambos ejércitos. Durante los siguientes días ambos ejércitos empiezan a aproximarse y sus comandantes empiezan a buscar el campo de batalla idóneo para entablar combate contra su adversario, en este continuo análisis de posiciones Barreiro adelanta a Bolívar dirigiendo sus tropas a Paipa de donde analiza el terreno y observa que el pantano de Vargas le puede dar una ventaja dominando las alturas que dan a este (cerro del Picacho), brindándole primero un control de los caminos que llevan a Tunja y Paipa, y segundo al dominar la altura tiene una ventaja al tener sus armas un mayor alcance que las de su adversario. A medida que se aproxima Bolívar ve que no tiene casi alternativas para evitar el enfrentamiento por lo cual va preparando su plan de batalla.
Bolívar cuenta con una fuerza de 2.650 soldados, cientos de soldados menos a los que habían iniciado la marcha y el cruce de los andes producto de como vimos, las enfermedades y las duras condiciones que generan deserciones en el ejército; de estos 2.650 soldados, 1.850 son de infantería y 800 pertenecen a los lanceros que actúan como las unidades de caballería del ejército, y este se estructura de la siguiente manera:
- 1a división: Bajo el mando de Anzoátegui estaba conformada por una fuerza 1.150 soldados que estaban distribuidos en el batallón de rifles de la legión británica con 400 soldados, batallón de cazadores con 200 soldados, batallón de infantería de la legión británica con 200 soldados, el batallón bravos de Páez con 300 soldados (siendo estos de los más experimentados combatientes del ejército patriota) y 50 hombres que manejaban 4 piezas de artillería
- 2a división: Bajo el mando de Francisco de Paula Santander estaba conformada por una fuerza de 700 soldados distribuidos en el batallón Vargas con 300 soldados, el batallón Pamplona con 200 soldados y un batallón de infantería de línea con 200 soldados
- Fuerza de caballería: Bajo el mando de Juan José Rondón estaba conformada por alrededor de 800 soldados los cuales eran todos lanceros de los llanos colombo-venezolanos y eran las tropas más temidas por sus enemigos dada la bravuconería y tenacidad de su comandante junto a la destreza y valentía de estos jinetes, siendo el escuadrón directo bajo el mando de Rondón la unidad más temida
Barreiro por su lado contaba con la 3a división del ejército que contaba con 2.800 soldados entre tropas profesionales y tropas milicianas del virreinato, todos uniformados, bien equipados y preparados para entablar combate; el ejército se divida en 2.350 soldados de infantería, 100 de artillería y 350 de caballería organizados así:
- 1er regimiento: Bajo mando directo de José María Barreiro contaba con 1.550 soldados siendo la unidad más fuerte y con las mejores unidades españolas y estaban distribuidos en el 1er batallón de Burgos con 400 soldados, 2o batallón de Burgos con 300 soldados, el batallón de Navarra con 300 soldados, 1er batallón de Numancia con 300 soldado y el 2o batallón de Numancia con 250 soldados
- 2o regimiento: Bajo el mando del coronel Francisco Jiménez estaba conformada por una fuerza de 800 soldados distribuidas en el batallón Aragón con 300 soldados, Batallón de voluntarios de León con 250 soldados y el 1er batallón de Granada con 250 soldados
- Caballería: Bajo el mando de Sebastián Diaz segundo al mando a su vez del ejército de Barreiro tenía a su mando 350 jinetes distribuidos en el escuadro de dragones de la Nueva Granada conformada por 200 jinetes y el escuadrón de dragones de Numancia con 150 jinetes
- Artillería: A nuestros tiempos no ha llegado quien comandara a los 100 soldados que conformaban la unidad de artillería española con sus 8 piezas de artillería, pero se cree que tuvo que ser un teniente de artillería o un comandante de medio rango
LA BATALLA
El 25 de julio de 1819, a las 5:00 de la mañana, las primeras tropas patriotas comenzaron a cruzar el río Chicamocha. Poco a poco, fueron posicionándose en la parte baja del campo de batalla, cerca de las orillas del pantano, mientras Bolívar daba órdenes para efectuar un reconocimiento del terreno. Para esta tarea, envió a 40 soldados, mientras que el resto de las tropas eran ubicadas en las posiciones más elevadas que se podían obtener, aunque seguían estando en terreno bajo. El grupo de reconocimiento fue el primero en entrar en combate, dando inicio a la batalla del Pantano de Vargas, al enfrentar una carga de caballería de uno de los escuadrones de dragones de Barreiro. En este enfrentamiento, la mayoría de la fuerza de reconocimiento fue aniquilada, lo que presagiaba la intensidad del combate que estaba por venir.
A medida que pasaban las horas el grueso del ejército patriota se organiza sobre el campo manteniendo en todo momento una constante línea defensiva lo que sumado a al plan inicial que desea ejecutar Barreiro hace que no sufran de un ataque en su fase de posicionamiento; alrededor de las 9:00 de la mañana el grueso del ejército patriota ha atravesado el río y se encuentra ubicada en sus posiciones a la orilla del pantano.
Un poco antes de las 10:00 de la mañana Barreiro hace un pequeño ajuste a su estrategia con el fin de incentivar a Bolívar a atacar realiza un ataque contra sus posiciones abriendo fuego con su artillería para proteger el avance de sus fuerzas las cuales a las 10:00 de la mañana abre fuego de mosquetería contra las líneas patriotas las cuales responden con su propio fuego de mosquetería y buscando aguantar en sus posiciones. El combate se extiende hasta aproximadamente las 10:30 cuando la presión española mengua y Bolívar picando el anzuelo de Barreiro y viendo a su vez una oportunidad de devolver el golpe y con fuerza ordena al batallón de rifles de la 1a división avanzar al completo contra las fuerzas españolas en retirada y principalmente contra la línea defensiva de Barreiro logrando en primer momento vencer el ya debilitado ataque español y empezar a realizar presión contra la defensa de Barreiro en un segundo momento. Aunque este primer ataque del ejército patriota es derrotado rápidamente por el intenso fuego de fusilería al que se enfrenta cuando intenta presionar la línea viéndose estos también obligados a retirarse.
A las 11:00 de la mañana buscando mantener la presión Bolívar decide enviar una carga de caballería para intentar romper la línea logrando en esta carga desarticular en algunos puntos a la línea española, viendo esta situación Barreiro actúa rápidamente para evitar el colapso del frente dándole la orden a Sebastián Diaz que envíe los dragones en contraataque para sellar los puntos de penetración generados por los lanceros logrando exitosamente la tarea y obligando a los lanceros a la retirada para reorganizarse.
Pero Bolívar prepara un ataque general que se efectúa a las 11:30 de la mañana combinando infantería y caballería para ejecutar su plan principal, generar una presión general en la línea evitando que Barreiro pueda reforzar las zonas que se vean más comprometidas o para sellar puntos de penetración que se hayan generado; es así que Bolívar envía a su 1a y 2a división casi al completo y varias unidades de lanceros, aunque manteniéndose reacio a usar a toda su caballería y enviar al mismo Rondón al frente.
El ataque marcha acompañado por el fuego de artillería de las 4 piezas patriotas quienes buscan generar un debilitamiento de la línea española pero dada la baja altura en comparación a las posiciones de Barreiro las balas de cañón rebotan poco o no rebotan disminuyendo su eficacia, por su lado a medida que el ejército patriota marcha para ponerse a tiro de fusilería para intercambiar disparos recibe la desagradable sorpresa de las 8 piezas españolas las cuales dominando altura empiezan a abrir fuego a discreción contra las tropas y en este caso el rebote aunque no ideal dado lo húmedo del campo de batalla si logran un mayor radio de daño, generando bajas en las tropas patriotas.
Pero por si eso no fuera suficiente a medida que se acercan contra las líneas españolas estas asumen doble línea de fusilería (soldados arrodillados y otros de pie) listos para abrir fuego a discreción el cual se efectúa cuando se encuentra en un rango óptimo de los mosquetes generando una gran cantidad de bajas en las tropas patriotas las cuales en ese momento empiezan a abrir también fuego contra las tropas españolas.
En ese momento arriban los lanceros buscando penetrar las líneas españolas, pero esta vez los dragones españoles los estaban esperando y chocan en combate contra los lanceros. Esto vuelve el enfrentamiento en un caos donde jinetes de ambos bandos cruzan entre las filas aliadas y enemigas, y las infanterías intercambian un feroz fuego de mosquetería el cual empieza a cesar en algunos puntos donde los soldados patriotas al empezar a tener escases de municiones sacan sus machetes (que es como un tipo de cuchillo que se usa hasta nuestro en los campos y cumplía en esa época diversas funciones, como podar, arma de defensa personal o para ciertas actividades del hogar) y cargan contra la infantería española la cual debe enfilar bayonetas para entablar el combate cuerpo a cuerpo.
La presión patriota se mantiene y empieza a lograr los resultados que Bolívar esperaba y que anhelaba desde el inicio de la contienda, las fuerzas españolas empieza a retroceder tras recibir órdenes de Barreiro quien mira que de no hacerlo puede generarse alguna brecha y en el momento en que se encuentra no tiene mucho con que cubrir la brecha si se llega a producir, así que se ve obligado a empezar a retroceder, esto enarbola a las tropas patriotas quiénes aumentan sus esfuerzos para continuar el combate, viendo que es posible que logren generan la tan esperada también por ellos ruptura y destruir de una vez por todas al ejército español. Pero este optimismo empieza a menguar a medida que se desarrollan los combates, ven que la retirada no es señal de ruptura y más bien ven impotentes como, aunque ejercen más presión las tropas españolas no ceden y mantienen su línea defensiva lo que aparte dada las bajas empieza a desgastar el ímpetu patriota.
La disminución de la presión patriota empieza a hacerse notar y Barreiro empieza a percibirla ordenando a su ejército empezar a presionar en los puntos donde más debilidad hay lo que empieza a generar brechas en el ataque patriota, brechas que empiezan a dividir a las tropas lo que empieza a generar que queden rodeadas generando un problema de números y de capacidad de contrarrestar el fuego español, lo que al final culmina colapsando el ataque patriota mostrando la eficacia de la estrategia de desgaste por la que había optado Barreiro.
Viendo ahora que el desgaste que había provocado era importante Barreiro se prepara para lanzar un gran ataque, para ello reorganiza a sus tropas y teniendo al 2o batallón de Numancia y al batallón de Aragón sin mucho desgaste al no haber participado activamente en el ataque patriota ya que eran la reserva que había mantenido Barreiro (que sabía que era escasa, pero era lo que tenía) les ordena pasar a la vanguardia para encabezar el ataque.
Bolívar por su lado de ver que la batalla se inclinaba a su favor ahora veía preocupado como algunos huían mientras el grueso de sus tropas se reunían nuevamente con él para reagruparse lo que como a cualquier comandante le generó una preocupación clara dado el fracaso de su ataque que además se había vuelto desastroso al haber tenido altas bajas que se sumaba al agotamiento adyacente de sus tropas tras su ardua lucha, en esta situación empieza a analizar posibles estrategias a ejecutar, y viendo su actual imposibilidad de atacar decide tomar una posición defensiva, reorganizando a sus agotadas tropas con el fin de ahora intentar desgastar a Barreiro e intentar salvar a su ejército.
Poco antes de la 1:00 de la tarde el 2o batallón de Numancia y el de Aragón encabezan el ataque español, Barreiro toma la ofensiva buscando aprovechar el desgaste de las fuerzas patriotas. Mientras sus dos batallones de infantería avanzan, la artillería se desplaza a nuevas posiciones para empezar a hostigar a las tropas patriotas que ahora aguardan el ataque español, a la 1:00 las líneas españolas y patriotas llegan a rango de disparo de mosquetería y abren fuego entre sí, en este momento además se suma al ataque español la caballería española la cual carga al completo dirigida directamente por Sebastián Día. El ataque de Barreiro se centró en un plan similar al de Bolívar, presionar hasta hacer colapsar las líneas, para esto la infantería se centró en el centro de la línea patriota y Díaz ordena a sus escuadrones de caballería atacar los flancos; a medida que el combate se intensifica Barreiro empieza a enviar el resto de sus batallones al frente para aumentar más la ya de por sí importante presión por la que está atravesando el ejército patriota.
Alrededor de las 2:00 de la tarde la presión del ejército español empieza a surgir efecto y las tropas patriotas empiezan a ceder por lo que Bolívar ordena a Santander y Anzoátegui retroceder para evitar el colapso de las líneas, maniobra que logra el efecto y mantiene la cohesión de las tropas patriotas, cohesión que vuelve a ponerse en dificultades cuando Barreiro finalmente ordena un avance general con los últimos batallones que le quedaban, Barreiro ve que su victoria está asegurada, y los hechos se lo van confirmando cuando se empiezan a generar brechas entre los batallones patriotas que se traducen en una explotación de los mismos por parte de la infantería y caballería españolas. Barreiro viendo la situación aproxima más a su artillera la cual reanuda el fuego de artillería generando más brechas que ahora no se vuelven en un colapso total por la valentía que demuestran estos soldados ante la presión española.
Es en estos momento de caos y de desesperación donde Bolívar empieza a plantear la retirada para evitar la destrucción total de su ejército, y es en ese momento cuando Rondón observa el campo de batalla y le dice a Bolívar que él y sus lanceros (refiriéndose a su escuadrón) no han entrado en combate, que le permita atacar, Bolívar en ese momento detiene sus planes de retirada, observa entre el caos del combate una oportunidad, atacar directamente a las piezas artilleras españolas y luego girar para atacar por la espalda a los españoles, siendo la maniobra más arriesgada y la última baraja que le queda a Bolívar le dice a Rondón "Coronel, salve usted la patria. Ocupe aquellas posiciones y apague el fuego de los enemigos" a lo que Rondón mirando a su unidad más personal compuesta por ocho lanceros granadinos y seis venezolanos responde "¡Camaradas, los que sean valientes síganme, que en este momento triunfamos!".
La pérdida de cohesión y el inicio de la retirada desorganizada de las tropas españolas genera un constante aumento de la fuerza patriota la cual empieza a generar más y más presión en el restante de batallones, ni siquiera los dragones españoles son capaces de detener la arremetida, poniéndose estos también en retirada, solo algunos batallones como el 2o de Numancia lograron soportar temporalmente el embate patriota, pero al final se vio obligado a entrar en retirada.
Para las 3:00 de la tarde el colapso español era total y Bolívar daba ordenes de avance general lo que puso en marcha a su caballería e infantería quienes terminarían dominando el campo de batalla, es en este momento de marcha que Rooke, comandante de la legión británica y quien había sufrido una herida importante en su brazo izquierdo encabezando a varias unidades de la legión llega a la cima del cerro del Picacho donde Barreiro y su estado mayor se habían ubicado y donde ondeaba aún la bandera española y en uno de sus últimos actos en vida baja la bandera española y sube la bandera tricolor (amarillo, azul y rojo), tres días después moriría dada la herida sufrida que había culminado en la amputación de su brazo, dejando dos frases para la historia "He perdido mi brazo, pero con el que me queda , le daré libertad a mi patria", sentencia que es respondida por una pregunta cuando le dicen que a que patria ya que Rooke era irlandés pero a su vez estaba luchando por la independencia de Colombia, a lo que responde "La que me ha de dar sepultura".
CONSECUENCIAS
La consecuencia inmediata que produjo la batalla fue el cambio de superioridad en terreno de las fuerzas, Bolívar con un ejército con alta moral y victorioso en batalla contra un ejército español diezmado y derrotado. Además, con la batalla ganada Bolívar ahora ponía sus ojos en Tunja, a los pocos días y tras descansar y tratar a los heridos el ejército patriota pondría marcha a toda velocidad a la ciudad. Bolívar esperaba detener en la misma a Barreiro, ya que estaba buscando culminar lo que había empezado en el pantano de Vargas, pero a su llegada a Tunja el 5 de agosto de 1819 no encontraría a Barreiro ni a su ejército ya que ese mismo día más temprano había abandonado la ciudad.
Bolívar con esta noticia ve que necesita interceptar ahora más que nunca a Barreiro, y en ese momento se le notifica que el único paso para que un ejército pueda pasar a Bogotá es por el puente del río Tiatinos, es así que tras un breve descanso su ejército se pone nuevamente en marcha, incluso pasando a marcha forzada para alcanzar a Barreiro antes que cruce el puente. Finalmente se llega a la consecuencia más importante de la batalla del pantano de Vargas y es que el 7 de agosto de 1819 Bolívar alcanza a Barreiro quien debe presentar batalla, una batalla que culmina con una victoria aplastante por parte de Bolívar culminando lo que había empezado días atrás en el pantano de Vargas.
Bolívar había destruido al ejército español del virreinato de la Nueva Granada e incluso ahora tenía preso a su comandante, con esta gran victoria tenía sus ojos puestos en la capital, es así que tras la Batalla del puente de Boyacá se pondría rumbo a Santa Fe de Bogotá.
Hoy en día y a lo largo de los años se ha considerado por expertos y conocedores de tema históricos y militares que fue en la batalla del Pantano de Vargas donde se definió la independencia del virreinato de la Nueva Granada, ya que fue en esta batalla donde se selló el destino del virreinato al haber sido la batalla donde ambas fuerzas buscaron vencer de una manera absoluta a su contrincante, y que la derrota de Barreiro en esta fue una derrota decisiva, siendo Boyacá solo el remate a un ya muerto ejército español.





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